Como el vaiven del péndulo,
en este tiempo
yo no ocupo;
tintineo en acusmacia.
Marco el paso.
- Y agazapada la blanca sombra
en momentos de exitación azur,
enternecida y abrumadora se devanece
tras el cronotopo ambiguo
(padre ruido y madre Tierra),
esperando el sílbido monosílabo
de los árboles al encenderse el albor.
Como la extensión del silencio,
en este espacio,
yo no digo;
me concentro suspendido.
Reverbero la sangre.
-
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