Tras el encuentro
Nuevamente por la ventana.
Una nariz usa una pollera gris,
un joven alemán fuma junto a su anciana.
Ella de rojo escribe en soledad,
aquel hombre de lentes grandes,
cuatro amigas en el restorán,
un bastón sonríe de sus pecados,
coqueta y risueña mujer.
Un bigote festivo
carga los pesos de la hermandad;
espera preocupada.
Ojos degustan el humo
de naranja el negro callada,
la corbata me mira
más naranja risueña.
Curvas en la espalda,
corrientes uno cinco cuatro tres (bajo el piso sin ascensor),
grande betacaroteno.
Es un camino, la vida que pasa, tras los ojos de la mirada.
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