lunes, 9 de octubre de 2006

Éxitos en silencio.


¿Quién pudiera decir tras el cristal lo que quien quisiera decir tras esta caja de metal? Chapa dura y querosén.
Un eco resonante desde la capilla recuerda mi bóveda vegetal. Ya llegamos al hospital Durán. Un mural cual parto intravenoso, un giro en ocho (que famoso).
A mi lado los rojos, recuadros tramados por la senda peatonal. Largo es el recorrido de los edificios, una pollera corta me pide no avanzar, una línea blanca me inspira en la profunda ceguera.
Pizza, birra y café, un martini, un sake tal vez, domada por la ley de un faso ni legal, desciende cabizbaja de mi escalinata.
Una destrucción por el mañana junto a un sexshop en Rivadavia.
El verde se extiende de las rejas deportadas, como un niño que sostiene el péndulo arácnido de su mente desconociendo mi "clavija y balancín" atentando la mímica juvenil junto a las guardas del tiempo.
Son todos relojes espejados en la memoria, razones e mis andanzas, el tul que recubre su alma, despellejable localidad de las flores que no duermen.

Éxitos en silencio.
La base de nuestro trabajo parte de la inclinación (asexual)

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