Entre espejos y reflejos,
almas transparentes.
Entre ojos y miradas,
termometría.
Soy de vidrio, no me ves, pero yo existo.
No entra viento, no entra frio,
sabes de mi, por eso existo.
Me puedes oler, puedes besarme;
inclusive hacerte a gusto de mi con tus manos.
Tienes el poder de calentarme,
me enfrias para refrescarte: ¿darte aire?
Soy una taza y tu ya no me quieres,
tienes hambre.
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