jueves, 13 de diciembre de 2007

Memorias de la Gioconda

Me pregunto si hay razones suficientemente gratificantes como para expresar los labios de tal manera. ¿Crees acaso poseer la alegría suficiente como para contener de manera tan prominente la comisura externa de tu boca?

No eres más que la desdicha, con el cuerpo vencido por encima de las sobras de una nación despoblada de patriotismo. Te enardecés de tu grandeza con vehemencia, cuando al hacerlo tu aliento, podrido y hediondo corrompe los campos maltrechos del hambriento vecino; ¡Y tus ojos!, Tus ojos lloran sangre seca del olvido obsceno de un plebicito escabroso de corrupción.

1 comentario:

LECTURA INVERSA: dijo...

te aviso que me muero.
pero no sé bien a dónde voy.







*